El pueblo de Puente Piedra y de Lima Norte ha
venido movilizándose en rechazo a la instalación del peaje ubicado en el kilómetro
25 de la Panamericana Norte, debido al elevado costo que implicaría movilizarse
diariamente, pues para ir de ida y vuelta se tendría que pagar S/ 10.00.
Incrementando aún más el gasto familiar que ha venido ahogando al pueblo con
los sucesivos gobiernos neoliberales de los últimos 25 años, que han entregado
el país a los grandes capitales. Además, la población no ha podido observar
ninguna obra de envergadura en la que se haya invertido lo recaudado. Por el
contrario, la transnacional brasilera Odebrecht, que es la concesionaria del
peaje, viene siendo investigada por diversos delitos de corrupción, llevándose
a prisión a sus directivos en Brasil.
Dicha concesión se dio con el gobierno edil de Susana Villarán, representante
de la izquierda electorera que prometió 590 millones de dólares de inversión a
cambio de la concesión. Con el actual gestión de Luis Castañeda se ha
continuado con la concesión y además él ha rechazado modificar el contrato a
dicha transnacional. A su vez, Julio Castiglioni ha sostenido que “los peajes que están dentro de la ciudad
deberían desaparecer, está mal que nos cobren por transitar dentro de la ciudad”. Por
tanto, el robo al pueblo ha venido siendo una política de Estado a favor de los
grandes capitales, pues ninguna de sus instituciones ha actuado contra la
llamada corrupción, sino que desde el gobierno de Belaúnde ha vivido de la
corrupción de Odebrecht. El pueblo mientras tanto ha tenido que financiar
gollerías, prebendas, y lujos de toda la clase dominante que ostenta el Estado.
Pero llegó un punto en que el pueblo ha venido sumando fuerzas para tomar y paralizar
las calles. Única garantía de que su demanda sea atendida.
En este contexto, y pese a la campaña de
criminalización por parte de la prensa asalariada al servicio de Odebrecht y en
coordinación con las fuerzas represivas, se dio la tercera marcha el último
jueves 12 de enero convocada en el Óvalo Puente Piedra a las 6:00am. para
marchar los 4 kilómetros que dan al peaje. Siendo las 8am, más de 5 mil
personas llegaron a escasos metros del peaje, donde la policía no demoró en lanzar
abundantes bombas lacrimógenas y perdigones, iniciándose una jornada de fuertes
enfrentamientos con una paralización total de la Panamericana Norte que fue
cubierta con piedras y llantas quemadas. Los principales actores fueron los
jóvenes que enfrentaron decididamente la represión. Asimismo, resaltaron la gran
cantidad de madres y padres de familia que salían de sus casas a rechazar las
detenciones arbitrarias que realizaban los agentes terna. Se notó en el
discurso colectivo de los manifestantes que se sobrepasó el rechazo al peaje en
exigencia del derecho al libre tránsito y se apuntó a rechazar el papel de los
representantes del Estado como sostenedores de este sistema injusto que lo privatiza
todo para condenar al pueblo a una mayor opresión y además debido a la
represión no se podía dejar de denunciar el negro papel de las fuerzas policiales.
Al final de la jornada, la agresividad de esta protesta
y el abuso sufrido en ella, dejaron un sabor entre triunfo y revancha en el
pueblo, que espera reorganizarse para una siguiente jornada donde aprenda de las
lecciones dejadas, en su camino de lucha como única forma de transformar su
realidad.
Por: Fabián Ll.