martes, 26 de enero de 2016

MOVIMIENTO JUVENIL #26E: EXPERIENCIA Y LECCIONES PARA FUTURAS LUCHAS

La economía peruana en el 2015 entraba a un proceso de desaceleración económica producto de la baja de los minerales a nivel mundial y, como tal, el gobierno vende patria de Ollanta Humala implantó los denominados paquetes económicos en contra del pueblo y del proletariado principalmente, habiendo sido uno de ellos la Ley Laboral Juvenil, que servía a los empresarios, es decir, a los burgueses. Mostrándose con ello un descontento generalizado del pueblo, que luchaba por su rechazo.

Como parte del proceso de lucha del pueblo -que se desenvolvía de manera parcializada sin mayor repercusión nacional- es que se inicia un proceso de lucha de los jóvenes que empezó con un llamado de rechazo a la Ley Laboral Juvenil, gestándose el  movimiento de jóvenes con el claro objetivo de su derogatoria, esta lucha tuvo su desarrollo con una amplia convocatoria de jóvenes de distintos sectores, quienes empezaron a desarrollar distintas formas de organización como grupos políticos, colectivos, universidades y zonales, resaltando éstas últimas. En los hechos se dieron estas formas de organización de los jóvenes, ante la carencia de formas orgánicas representativas que canalicen las reivindicaciones como deberían de ser los  sindicatos, gremios o su central de trabajadores que es la CGTP, cuya presencia fue casi nula en esta lucha. Mas sí salió a relucir su oportunismo dirigencial  al ofrecer  sacar a miles de obreros de construcción civil con tal de figurar delante de las movilizaciones con sus banderas. Presencia que nunca se dio.


Estos hechos nos muestran que existe  carencia en asumir ideológica y orgánicamente la lucha por nuestros derechos, quedándonos estrechamente limitados para levantar banderas de la derogatoria ya que esta falencia dio formas de desenvolvimiento amorfas pero orientadas con un objetivo claro: LA DEROGATORIA. Por otro lado, los jóvenes de base continuaban organizándose y luchando por mostrar formas orgánicas para asumir la lucha.

Cabe mencionar también el papel que desenvolvieron los partidos políticos que tuvieron presencia en las denominadas zonales, como el APRA, FRENTE AMPLIO, PERÚ POSIBLE y otros, dentro de los cuales algunos ostentaban responsabilidades de dirección y el carácter de lucha que deseaban imprimir manifestaban posiciones como “TRABAJO DIGNO”, “VIDA DIGNA”, “SALARIO JUSTO”. Hasta “ABAJO LA EXPLOTACIÓN CAPITALISTA” y “ABAJO EL SISTEMA ASALARIADO”.


El éxito por la derogatoria de esta nefasta ley fue un éxito de las bases por su persistencia y combatividad, asumiendo formas de lucha no nuevas sino que el pueblo y la clase nos enseñaron. En medio de lucha contra  el oportunismo y los electoreros.

A un año de nacido el movimiento de jóvenes queda que se definan tareas, y éstas deben irse concretando con el claro fin de darle una orientación específica en lo ideológico-político; si no, pasaríamos a ser uno más de muchos movimientos que aparecen y desaparecen por que no definen claro programa para continuar y seguir en la marea de la lucha de clases. Ya que la derogatoria de esta ley implicó un avance pero la situación de los jóvenes de las clases populares no ha cambiado ya que la falta de oportunidades laborales y de educación son de reducido acceso y más bien al contrario vemos que miles de jóvenes vienen formando las pandillas y engrosando los grupos delincuenciales producto de que cada vez en el país viene ensanchándose la brecha entre ricos y pobres. Por lo cual, a un año de la lucha por la derogatoria debemos ser conscientes que   nuestra tarea es larga pero avancemos con pasos firmes sentando bases para los que vienen y encuentren espacios gremiales fortalecidos para ponerles la agenda al Estado hasta incluso transformarlo. Es así que los espacios gremiales fortalecidos debe ser una tarea inmediata y con posición de clase levantando banderas políticas contra el Estado y la clase burguesa.
 Clemente


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